En 2001 la OMS reconoció la vinculación existente entre la participación en las actividades cotidianas y el estado de bienestar de las personas, por tanto, la ocupación humana se caracteriza por ser un hacer- con-sentido-cotidiano. Cuando una persona con demencia comienza a no poder organizar su vida diaria, la pérdida de ese cotidiano más que tratarse de una situación concreta es un proceso paulatino de pérdida de control sobre su vida que impactará en su calidad de vida y bienestar. En el acompañamiento a personas con demencia es importante la comprensión de las conexiones complejas entre la persona y el entorno y cómo están influidas por la enfermedad u otros factores que transciende el propio impacto cognitivo de la enfermedad y que pueden estar interfiriendo en la participación de las actividades cotidianas. Es decir, tener presente si la persona con demencia está pudiendo experimentar condiciones discapacitantes que haga que la participación diaria se vea limitada o to...
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