domingo, 25 de septiembre de 2022

LAS MASCOTAS Y LAS PERSONAS MAYORES

 


LAS MASCOTAS Y LAS PESONAS MAYORES
Las mascotas son una gran compañía, pero lo son aún más para aquellas personas mayores que viven solas o tienen un mayor riesgo de sufrir algún trastorno emocional o cognitivo.
Sin embargo, si los mayores tienen un grado moderado o alto de dependencia, pueden NO ser capaces de cuidar una mascota por sí mismos. En estos casos, existen las terapias con animales para personas mayores
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De esta forma, los adultos mayores pueden disfrutar de la compañía de una mascota sea cual sea la condición de su salud. Además, también pueden relacionarse y divertirse con otras personas, ya que las sesiones suelen ser grupales.

Las personas mayores tienen mayor riesgo a la soledad, al aislamiento, a sufrir de depresión, y otros trastornos, las terapias con beneficios emocionales son cada vez más comunes. La compañía de una mascota o terapias grupales favorecen el: Prevenir el sedentarismo. Evitar el aislamiento social. Estimular a los pacientes cognitiva y emocionalmente. Fomentar la comunicación y expresión de emociones. Favorecer el entretenimiento.
La compañía de una mascota y de las terapias asistidas con animales son capaces de romper la monótona rutina de los mayores, en centros día u hogares geriátricos. Asimismo, el cariño y la lealtad de los animales es muy reconfortante para aquellas personas mayores que no reciben visitas a menudo o se sienten solas.
Además de la compañía que las mascotas proporcionan a los mayores, también se genera un vínculo afectivo entre las personas y los animales. Se trata de una relación incondicional que aporta numerosos beneficios para las personas mayores.
La mascota ayuda a la persona mayor a mejorar la autoestima, el estado de animo, evita el estrés, ayuda a disminución de la presión arterial, estimula la mente, fomenta la actividad física, posibilita una integración social.
Compartimos un ejemplo real de la compañía de la mascota con una persona mayor



En la Red Latinoamericana de Cuidadores sabemos que las mascotas tienen un impacto positivo en nuestra salud y bienestar. el vínculo humano-animal puede desempeñar un papel aún más importante a la hora de aliviar la soledad y algunas demencias y el aislamiento social.

Juan Carlos Fernández Díaz.
Director General de la RLC
juancfernandez@rlcuidadores.net
Unidos Hacemos Red

sábado, 10 de septiembre de 2022

¿𝗧𝗘 𝗖𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔 𝗔𝗦𝗨𝗠𝗜𝗥 𝗤𝗨𝗘 𝗧𝗘 𝗦𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘𝗦 𝗦𝗢𝗟𝗢? La experiencia de un hombre sencillo.(Anónimo)

 



La soledad no deseada es una situación que cuesta asumir; en mi caso, yo pensaba, con orgullo, que era un hombre de mediana edad fuerte e independiente, lo que hoy se llama en algunos casos “viejoven”. Un tipo con inquietudes culturales, amistades y una posición financiera holgada. Pero intuía que algo no iba bien y un día al escuchar el término “soledad no deseada” en un telediario -con una mezcla de incredulidad y estupor- me sentí identificado con la situación. Sentí algo de temor, pero también cierto alivio al comprobar que, al menos en esto, parecía no estar solo.
Tras descubrir este concepto de “soledad no deseada”, empecé a revisar toda mi vida y descubrí que llevo mucho tiempo -desde niño incluso- haciendo de todo para no sentirme solo, y lo máximo que he conseguido ha sido no tener tiempo de pensar en ello. He convivido con mis amistades o parejas para no estar físicamente solo casi nunca y, aunque esto me ha ayudado a mitigar la sensación de desamparo y miedo que yo identifico con la soledad, en realidad esa sombra, la de mi soledad, ha estado siempre allí, como agazapada cerca de mí, esperando un momento de debilidad para manifestarse con gran estridencia.
Hoy en día continúo sin saber por qué soy tan vulnerable a la sensación de soledad mientras otras personas no parecen serlo, porque creo que en realidad todos estamos solos, pero algunos consiguen no notarlo o parecen sentirse cómodos con ese hecho. Nunca he sabido qué es lo que hace que algunos de nosotros seamos tan dolorosamente consientes de nuestra soledad mientras otros ni tan siquiera se lo han planteado jamás…
Cuando, por circunstancias de la vida, dejé de trabajar y me separé de la pareja con quien convivía, de pronto la certeza aplastante de mi terrible soledad se hizo casi insoportable. Tanto que he llegado a este punto en el que asumo que necesito ayuda y la busco activamente a través de los recursos públicos disponibles y de otros privados como un psicólogo clínico.
Esta es mi situación y no conozco otros casos, pero intuyo que somos bastantes quienes vivimos con esta sensación agotadora de estar irreductible e irremediablemente solos para siempre.
Durante algún tiempo fantaseé con la idea de construir una familia y así no estar nunca más solo, pero esa fantasía no se ha materializado y en el fondo tampoco creo que funcionara. Lamentablemente todas mis relaciones de pareja han terminado tras años de amor y convivencia, hasta el punto de tener la certeza de que allí no está la solución a mi problema. Me encantaría encontrar una solución definitiva para esto, pero lo dudo. Me parece que tendré que conformarme con soportarla lo mejor que pueda.
Quizá sea una cuestión existencialista, como esas eternas dudas sobre por qué estamos aquí, de dónde venimos o a dónde vamos. De momento, me siento algo acompañado al saber que en esta sensación de soledad no estoy solo. La soledad no deseada, más que una problemática individual, es colectiva. Las causas serán numerosas y variadas, pero tengo claro que hay una respuesta que debe partir de la comunidad que nos rodea. Sí, estoy solo, y no quiero estarlo, pero ahora ya sé que otras personas están en mi situación y, desde luego, si las conozco y se dejan, les pienso echar una mano.