HUMILDAD Y RESPETO Sin ostentación de las virtudes y considerando lo digno en el otro. Con el conocimiento de las limitaciones y debilidades propias en el obrar del cuidado, la humildad propicia una actitud abierta, receptiva para aprender lo que no se sabe, superando la intención y resolviendo con mayor experticia todo lo que acompaña la atención y el cuidado de una persona en los distintos niveles dependencia. Es así, que la humildad en el cuidador no es equivalente a anularse o hacerse invisible, al contrario, es un auto reconocimiento de las cualidades que posee para realizar el cuidado, nunca por encima de los demás; creando vínculos fuertes, superando la excesiva valoración de sí mismo y de sus aptitudes. Sumemos ahora el respeto, como equivalente al reconocimiento del valor propio, aceptando y apreciando al otro con sus cualidades y sobre todo en sus derechos individuales y sociales. Definitivamente no es sumisión, indiferencia, omisión, o excesiva timidez, el ...
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