jueves, 2 de febrero de 2023

Envejecimiento y disfagia. Un abordaje desde la logopedia

 


Un artículo de Francisco Javier Bueno Herrera,
secretario del Colegio Profesional de Logopedas de Galicia (CPLGA)
logopeda en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo

La disfagia orofaríngea es la dificultad para transportar el alimento y/o las propias secreciones desde la boca hasta el esofago. Las personas que tienen disfagia pueden presentar problemas para elaborar y mover el bolo, de modo que no son capaces de mantener una alimentación eficaz y presentan déficits en su nutrición e hidratación.

En otros casos manifiestan alteraciones en la seguridad, de modo que nos son capaces de proteger la vía aérea durante la deglución y parte del alimento es aspirado, desencadenando con frecuencia infecciones respiratorias.

La disfagia tiene una prevalencia elevada entre la población mayor. Si en la población general en torno al 8% de las personas sufren disfagia , en la población mayor de 65 años la cifra es muy superior. Los estudios realizados en adultos mayores que viven solos han encontrado una prevalencia de entre el 30 y el 40% , mientras que en los mayores institucionalizados alcanza hasta el 66%. La disfagia orofaríngea es más prevalente en los ancianos ingresados en hospitales o residencias y en aquellas personas que muestran deterioro motor, funcional o cognitivo.

Sabemos que la disfagia está estrechamente relacionada con edad, capacidad funcional, fragilidad, polimedicación y multimorbilidad. Por todos estos motivos la European Society of Swallowing Disorders y la European Union Geriatric Medicine Society han caracterizado la disfagia como un síndrome geriátrico: s trata de un problema de salud de elevada prevalencia en las personas ancianas, supone una combinación de síntomas con factores de riesgo comunes, interacciona con otros síndromes geriátricos, tiene un impacto en el pronóstico y la evolución del paciente y requiere de un tratamiento multidisciplinar

Tradicionalmente la atención a la disfagia orofaríngea en las personas ancianas ha tenido un enfoque compensatorio. Las intervenciones van dirigidas a facilitar la ingesta mediante la adaptación de texturas alimentarias y el uso de productos para espesar los líquidos, en los casos más leves, y al uso de vías artificiales de alimentación (SNG, PEG) en los casos más graves.

Si bien la adaptación de texturas puede favorecer la eficacia y seguridad en la deglución es importante que esta adaptación sea individualizada. No debemos olvidar que el incremento en la densidad de los líquidos aumenta el riesgo de deshidratación y que la adaptación de los sólidos también se ha relacionado con una disminución de la ingesta y una pérdida de interés por la alimentación.

Por lo tanto un primer objetivo en el abordaje de la disfagia desde la logopedia es llevar a cabo una correcta evaluación de las capacidades deglutorias del paciente de modo que se le pueda ofertar una dieta lo más adecuada posible. Resulta además muy importante valorar el contexto en el que se desenvuelve el paciente, de modo que intentemos que estos cambios repercutan lo menos posible en su calidad de vida.

Centrar el foco en la adaptación de texturas ha llevado con frecuencia a infrautilizar otro tipo de intervenciones que también pueden beneficiar a la persona anciana con disfagia. Así, el uso de estrategias posturales, el mantenimiento de determinados hábitos de autonomía (higiene oral, autoalimentación) o la formación a profesionales y familias en el caso de las personas dependientes pueden ser con frecuencia más determinantes que la propia adaptación de la dieta.

Al mismo tiempo, las terapias basadas en la neuroplasticidad y el aprendizaje motor han conseguido también resultados significativos en las personas mayores, con y sin patologías asociadas. La deglución es una actividad muscular compleja que puede ser entrenada y rehabilitada. La utilización de ejercicios específicos para fortalecer la musculatura deglutoria (lingual,faringo- laríngea, espiratoria) pueden mejorar la capacidad de las personas ancianas que sufren disfagia orofaríngea para manejar los alimentos de una forma más eficaz o segura.

Junto a esta terapia motora los logopedas pueden manejar una serie de terapias complementarias (electroestimulación, estimulación sensorial, biofeedback…) que en algunos casos favorecerán el restablecimiento de la función deglutoria o al menos frenarán su deterioro.

Es necesario tomar conciencia de la importancia que los trastornos de la deglución tienen en la población anciana. Desde la logopedia se cuenta con herramientas que pueden ayudar a su detección y tratamiento, facilitando que las personas ancianas puedan mantener una alimentación eficaz, segura y placentera.

7 comentarios:

  1. Son saberes adquiridos para complementar y hacer nuestro trabajo completo y con calidad. Muy agradecida

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  2. Gracias por tu comentario. Estamos a sus ordenes

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  3. Muchas gracias para los Cuidadores de Adultos Mayores es de mucha importancia esta información, que nos permite hacer nuestro trabajó con una Mayor Calidad

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  4. Muchísimas gracias por compartir ésos conocimientos, nos ayudan a conocer y corregir ésta dificultad además de comprender la situación un poco tensa para quien la padece y para los que rodean a la persona.

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  5. Muchísimas gracias el conocimiento y el saber nos da más fuerza y ayuda a ser mejores cuidadores ? Considerando la magnitud del problema

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  6. Muy importante el texto. No da los conocimientos y formas de afrontar las dificultades de nuestros adultos mayores. En este caso cuando se presentan dificultades en su momento de alimentarse.

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  7. Excelente lectura, mil gracias por los aportes y conocimientos q nos comparten, los cuales nos ayudan a afianzar nuestra labor.

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