¿por qué no denuncian las mujeres mayores? una razón puede ser que la educación que recibió esta generación es una de las explicaciones a esta pregunta: “Crecieron en una época en la que el hombre era el que mandaba y había que obedecerlo. ”.
Los valores de aquella época se unen a que, independientemente de la edad, para una víctima dar el paso es muy difícil, y superado “un determinado umbral de edad, la dificultad es aún mayor. Al bloqueo, al miedo y al sentimiento de culpa y vergüenza que sufren todas las mujeres víctimas de violencia machista, se unen en el caso de las más mayores otro tipo de condicionantes, fruto de la educación que han recibido y del entorno en el que han crecido. También pueden darse otro tipo de situaciones, derivadas de problemas de salud, de movilidad… que hagan aún más difícil poner la denuncia. Son mujeres con mayor riesgo de aislamiento y soledad”.
Las mujeres mayores se encuentran en una situación de vulnerabilidad mayor que las jóvenes, porque los agresores normalmente suelen aislarlas, y las obligan a cortar todos los vínculos familiares y de amistades que tienen".
Otro de los motivos que llevan a las mujeres mayores a no denunciar es "el cambio en cuanto a su situación futura, que podría resumirse en un '¿qué va a ser de mí?'
Hoy se visibiliza más la violencia de género y la violencia sexual, pero hace unos años esto no era así, y no se hablaba nada. Había que guardar el secreto porque era una vergüenza haber sido agredida, algo que ahora también sigue pasando,
Esto, en el ámbito rural, hace que sea todavía más difícil plantearse siquiera el denunciar: “El ‘qué dirán’ hace mucho daño, y más cuando está ligado, como comentábamos a una mentalidad que podría resumirse en ‘ni lo voy a denunciar, ni me voy a separar, porque es lo que me ha mandado Dios, y lo tengo que aceptar’”, las mujeres rurales son todavía más vulnerables porque “se ha comprobado que las víctimas mortales de esa edad residían en su mayor parte en entornos rurales, en localidades pequeñas (menos de 100.000 habitantes), lo que añade un plus de vulnerabilidad por cuanto se trata de sociedades más cerradas, en las que es más difícil reconocerse víctima y es más difícil denunciar”.
Las mujeres mayores del medio rural en América Latina han interiorizado los roles de lo masculino y lo femenino. Esto, unido a la creencia de que lo que ocurre en el hogar tiene que quedarse dentro de casa, y a que para ellas es muy difícil separarse porque han asumido que es lo que les toca, y que poniendo de su parte y haciendo que el hogar funcione, van a ser felices, y sobre todo, van a hacer felices a sus hijos. Todo esto agrava la situación de las mujeres mayores.
Muchas de ellas piensan que ya es tarde para poder tener una vida feliz y en libertad. Todo esto está relacionado también con el edadismo y con la creencia de que a cierta edad no puedes iniciar nuevos proyectos, una nueva vida.
La incertidumbre, la desigualdad económica y "no tener la perspectiva que tiene alguien más joven de poder rehacer su vida, buscar trabajo, formarse", hacen que las mujeres dedican no denunciar. "Casi siempre es por motivos económicos, tener que abandonar su hogar o incluso culpabilidad". Por eso, para las mujeres mayores es súper importante que puedan contar con recursos, y que no se sientan solas, ni desprotegidas si finalmente deciden denunciar. Y es que el miedo a la soledad es otro de los grandes impedimentos para estas mujeres, porque han "reducido sus círculos sociales en contra de su voluntad
Si no dedicamos tiempo a enseñar a la sociedad qué es la violencia de género y que tipos de comportamientos están mal, una mujer que lleva 50 años viviendo así, no va a cambiar su forma de pensar.
Porque de nuevo la educación vuelve a ser la solución. Hay que hablar mucho de los mitos del amor romántico para que vean que cualquier relación se puede acabar y no pasa nada. Se les pueden dar datos de separaciones y divorcios, y explicarles que es muy importante que miren por ellas y por lo que les va a hacer sentir mejor.
También es muy importante el papel que ejercen las personas que atienden a las víctimas: “Tienen que entender cuál es su pensamiento porque si no las entiendes, difícilmente las vas a poder ayudar. Muchas veces lo que ocurre es que más que enseñar y hacerles ver lo que ocurre, se las presiona. Nosotros nos encontramos con muchas mujeres que no reconocen haber sido violadas en sus relaciones porque entienden que es su obligación como pareja, y para evitar situaciones agresivas. Cuando les explicas que es una violación, se les viene el mundo encima.
Sobre las personas que atienden a estas mujeres, desde el CIMASCAM ponen el foco en lo que, lamentablemente es una realidad: "En salud general y en salud mental, ocurre muy a menudo que estas mujeres llegan con muchos malestares y directamente se les medica. Les dan antidepresivos y otro tipo de medicaciones para rebajar la ansiedad y el malestar, pero muchas veces no se les pregunta qué les pasa".
De igual modo, que el entorno de estas mujeres tenga presente las circunstancias en las que crecieron, es muy importante para poder ayudarlas: "Aunque es un proceso que tienen que hacer ellas, es fundamental que el entorno no las deje de lado, aunque ellas mismas se lo pidan, porque al final forma parte de la manipulación. Tienen que sentirse apoyadas y queridas, y además les ayuda a tener otros modelos relacionales de referencia, que les ayuda a ver que la situación que viven en su casa y con el resto de sus familiares y amigos, les ayuda".
Además, desde la PMP consideran necesario que se establezcan protocolos de detección de violencia de género específicos dirigidos a mujeres mayores para su aplicación en centros de mayores y otras instituciones públicas a los que asistan personas mayores de 65 años, el desarrollo de programas de formación destinados a los servicios y recursos especializados en atención y protección a víctimas de violencia de género y la implementación de líneas de trabajo destinadas a ajustar las características de los recursos a las necesidades de las mujeres mayores, con especial atención a facilitar el acceso, agilizar la respuesta y evitar la revictimización.
Las personas mayores que deciden denunciar por violencia se lo han pensado mucho, es su último cartucho. Llegan con una carga mucho más que alguien más joven.
Cuando le preguntamos si estas mujeres acuden solas o en compañía de sus hijos a denunciar, no puede darnos una respuesta concreta: Hay hijos que no se quieren meter porque está tan asumida la situación de violencia que sienten que la relación de sus padres es así desde siempre. Pero, también me he encontrado, sobre todo con hijas que acompañan a sus madres. Tengo muchos menos casos de hombres que quieran divorciarse por violencia intrafamiliar. De hecho es más difícil de encontrar.
Muchas veces los hijos sobre todo, los varones han interiorizado este papel de agresor, que también las maltratan a ellas. Entonces nos encontramos con mujeres maltratados por sus maridos y sus hijos.
Como cuidadores debemos estar muy pendientes de estas situaciones, es nuestra responsabilidad apoyarlas, acompañarlas y denunciar ante las autoridades competentes
Un abrazo cuidador
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In hasta normalizarteresante acercamiento a la violencia doméstica y sus principales víctimas las mujeres mayores, quienes en muchos casos han experimentado la VIOLENCIA VICARIA que ...
ResponderEliminarHoy dia existen muchas mas ayudas por entidades gubernamentales creando mas conciencia sobre derechos humanos
ResponderEliminarCon relacíon al siglo XX.
La importancia del rol de cuidar se vuelve mas que un reto llegando a ser "cuidadores integrales" para bienestar de la sociedad.
El adulto mayor no denuncia por el miedo al que dirán y el miedo a quedar solos por esa razón toleran tanto maltrato que muchas veces es más verbal que físico por eso callan ante la sociedad
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