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EL MALTRATO EN EL ECOSISTEMA DEL CUIDADO EN AMÉRICA LATINA



El maltrato hacia personas dependientes abarca diversas formas que van más allá del daño físico evidente. Incluye el maltrato físico, que es el uso de fuerza que causa daño corporal; el maltrato psicológico o emocional, manifestado a través de insultos, humillaciones, amenazas o aislamiento, que impacta directamente la salud mental; el abuso sexual, que implica cualquier contacto o acto sexual no consentido; el abuso financiero o económico, que es la explotación o uso ilegal de los bienes y recursos de la persona dependiente; la negligencia, que consiste en la omisión o el descuido intencional o no de las necesidades básicas como alimentación, higiene, medicación o un entorno seguro; y finalmente, el abandono, que se refiere al desamparo total de una persona a cargo de un cuidador o institución.

La situación del maltrato en el ecosistema del cuidado en América Latina es un problema complejo y multifacético, arraigado en factores sociales, económicos, culturales y estructurales. Afecta principalmente a poblaciones vulnerables como adultos mayores, personas con discapacidad y, en muchos casos, a las propias mujeres cuidadoras.

Características del Maltrato en América Latina:

  1. Altas Prevalencias Ocultas: Aunque faltan datos unificados y extensos, los estudios indican que una proporción significativa de personas dependientes sufre algún tipo de maltrato. Se estima que más del 30% de las personas mayores en la región pueden haber sufrido situaciones de maltrato. Sin embargo, estas cifras a menudo están subestimadas debido a la falta de denuncia, el aislamiento de las víctimas y la normalización de ciertas prácticas.

  2. Predominio del Ámbito Familiar: Una característica distintiva en América Latina es que el maltrato ocurre mayoritariamente en el entorno familiar. En muchos países, los hijos e hijas son los principales perpetradores, lo que resalta la complejidad de las dinámicas intrafamiliares y la dificultad para intervenir.

  3. Múltiples Formas de Maltrato: No se limita al maltrato físico. El maltrato psicológico o emocional (insultos, humillaciones, amenazas, aislamiento) es una de las formas más prevalentes y dañinas, a menudo invisible. También son comunes la negligencia (descuido de necesidades básicas) y el abuso financiero o económico, donde los recursos de la persona dependiente son explotados. El abuso sexual, aunque menos reportado, es una realidad grave, especialmente para mujeres y niñas con discapacidad.

  4. Vulnerabilidad Acentuada:

    • Adultos Mayores: La creciente población de adultos mayores dependientes, sumada a la fragilidad física y cognitiva (como la demencia), los hace particularmente vulnerables. El edadismo y ciertas normas culturales que minimizan sus derechos contribuyen al problema.

    • Personas con Discapacidad: Presentan un riesgo significativamente mayor de sufrir violencia. Las mujeres y niñas con discapacidad son aún más vulnerables a la violencia sexual. Las barreras de comunicación, la falta de acceso a servicios inclusivos y la percepción de "eterna dependencia" exacerban su riesgo.

  5. Factores de Riesgo del Cuidador: Los cuidadores informales, mayoritariamente mujeres, enfrentan una sobrecarga física, emocional y económica considerable. Esta carga, sumada a la falta de preparación, el aislamiento social, la preexistencia de problemas de salud mental o abuso de sustancias en el cuidador, y dinámicas familiares disfuncionales, aumenta el riesgo de que el cuidador cometa maltrato o negligencia por agotamiento. La pobreza de tiempo y la pobreza económica de las mujeres cuidadoras las empujan a menudo a trabajos informales o precarios, lo que limita sus oportunidades y puede agravar el estrés.

  6. Desafíos Institucionales y Legales:

    • Invisibilidad y Falta de Datos: La ausencia de sistemas robustos de recolección de datos y la invisibilidad del trabajo de cuidado dificultan dimensionar la magnitud del problema y diseñar políticas efectivas.

    • Debilidad de los Sistemas de Cuidado: Muchos países de la región carecen de sistemas integrales de cuidado que ofrezcan apoyo adecuado, servicios de respiro o formación para cuidadores, dejando la carga casi exclusivamente en las familias.

    • Barreras para la Denuncia y la Justicia: Las víctimas y sus familias a menudo enfrentan obstáculos para denunciar el maltrato, incluyendo el miedo a represalias, la dependencia del agresor, la falta de conocimiento sobre dónde acudir, o la ineficacia de los sistemas judiciales.

El maltrato en el ecosistema del cuidado en América Latina es un reflejo de las desigualdades estructurales, la invisibilización del trabajo de cuidado y la falta de políticas públicas integrales que protejan a las personas dependientes y apoyen a sus cuidadores. Abordar esta problemática requiere un enfoque multisectorial que incluya la concienciación, la prevención, la detección temprana, la intervención legal y el fortalecimiento de los sistemas de apoyo.

Cuando se habla de maltrato en el contexto del cuidado, es fundamental entender que puede manifestarse en dos direcciones: de la persona dependiente o su entorno hacia el cuidador, y del cuidador hacia la persona dependiente.

Maltrato hacia el Cuidador

Aunque menos visibilizado, el cuidador, especialmente el informal, también puede ser víctima de maltrato por parte de la persona dependiente o de otros miembros de la familia. Esto se presenta cuando la carga del cuidado, las dinámicas familiares disfuncionales o las condiciones de salud del dependiente generan comportamientos agresivos o abusivos hacia quien cuida.

  • Agresión Física por parte del Dependiente: Golpes, arañazos, mordiscos, patadas o escupitajos. Esto es común en pacientes con demencia avanzada, enfermedades neurodegenerativas o trastornos psiquiátricos, donde la persona dependiente puede no ser consciente de sus actos o reaccionar de forma agresiva a la frustración, el dolor o la confusión.

  • Agresión Verbal o Psicológica por parte del Dependiente: Insultos, gritos, acusaciones infundadas, manipulaciones emocionales o rechazo constante. La enfermedad puede alterar el comportamiento y la personalidad, llevando al dependiente a un lenguaje o actitud hirientes.

  • Explotación Emocional y Sobrecarga por parte de la Familia: Otros miembros de la familia pueden delegar completamente la responsabilidad del cuidado en una sola persona, criticarla constantemente, desvalorizar su esfuerzo, o exigirle sacrificios desproporcionados sin ofrecer apoyo. Esto genera un inmenso estrés y agotamiento en el cuidador.

  • Abuso Financiero o Dependencia Económica del Cuidador: A veces, el cuidador se ve forzado a abandonar su empleo o a usar sus propios recursos económicos para solventar los gastos del dependiente, sin recibir compensación o apoyo, lo que lo lleva a una situación de vulnerabilidad financiera.

  • Aislamiento Social Impuesto o Autoimpuesto: La falta de apoyo familiar, la absorción total en las tareas de cuidado o la dificultad para salir y socializar pueden llevar al cuidador a un profundo aislamiento, afectando su salud mental y bienestar.

Entender estas dos vías del maltrato es crucial para desarrollar estrategias de prevención, detección y apoyo integral que beneficien tanto a la persona dependiente como a quien la cuida.

Es fundamental comprender que el maltrato en el contexto del cuidado es un fenómeno complejo que puede manifestarse en dos direcciones: hacia la persona dependiente y hacia el propio cuidador.

Maltrato Hacia la Persona Dependiente

Este tipo de maltrato se refiere a cualquier acción u omisión, intencional o no, que cause daño o ponga en riesgo el bienestar de la persona que recibe los cuidados, la cual se encuentra en una situación de vulnerabilidad debido a su dependencia física, cognitiva o emocional. Se presenta cuando el cuidador (sea familiar, profesional o de una institución) abusa de su posición de poder o de su rol. Sus principales manifestaciones incluyen:

  • Maltrato Físico: Se ejerce mediante el uso de la fuerza que provoca daño corporal, como golpes, empujones, quemaduras, ataduras o el uso inadecuado de contenciones físicas o químicas.

  • Maltrato Psicológico o Emocional: Involucra el uso de palabras o acciones para causar angustia emocional, humillación, miedo o control. Se manifiesta a través de gritos, insultos, amenazas, intimidación, infantilización, desvalorización, o el aislamiento de la persona de su red social y afectiva.

  • Abuso Sexual: Cualquier tipo de contacto o actividad sexual no consentida por la persona dependiente, aprovechándose de su vulnerabilidad, incapacidad para comprender o defenderse.

  • Abuso Financiero o Económico: Consiste en la explotación o el uso fraudulento o ilegal de los bienes, dinero o recursos de la persona dependiente, incluyendo la apropiación de pensiones, el robo de propiedades o la manipulación para obtener beneficios financieros.

  • Negligencia: Es la omisión de proporcionar los cuidados esenciales para la salud y el bienestar de la persona, como alimentación adecuada, higiene personal, medicación oportuna, atención médica necesaria, o un ambiente seguro y limpio. Puede ser intencional (abandono) o resultar de la sobrecarga y falta de recursos o conocimientos del cuidador.

  • Abandono: Es la deserción o el desamparo total de una persona dependiente por parte del cuidador o la institución responsable de su cuidado, dejándola sin supervisión ni atención.

Es crucial abolir el maltrato en el ecosistema del cuidado en América Latina porque su persistencia socava los derechos humanos fundamentales de las personas más vulnerables—adultos mayores y personas con discapacidad—, perpetúa ciclos de violencia y sufrimiento invisibilizado, y debilita el tejido social al deshumanizar una función tan esencial como el cuidado. Además, al no abordar las causas estructurales y la sobrecarga de los cuidadores, se genera un círculo vicioso que impide un desarrollo social equitativo y digno para todos, haciendo inviable la construcción de sistemas de cuidado sostenibles y respetuosos en la región.

Autor: MCs Juan Carlos Fernández Díaz: Presidente de la Comunidad Latinoamericana de Profesionales Sociosanitarios - CLAPS, Director General de la Red Latinoamericana de Cuidadores RLC. 

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