Debemos proyectar seriedad y responsabilidad, cualidades que hay que saber combinar con buen humor, cercanía, educación y empatía para crear buen ambiente con la familia, la persona que cuidamos o las directivas del hogar geriátrico y los compañeros de trabajo y, por lo tanto, mejores resultados. Cosas tan básicas como sonreír cuando se entra, saludar y dar los buenos días, dar las gracias, interesarse por los demás, pero sin entrar en intimidades, son cruciales a la hora de dar una buena imagen.
Además, hay que mostrar optimismo. Una persona negativa que no ve salida a los problemas y para la que todo es motivo de queja, no solo crea un clima enrarecido a su alrededor, sino que además proyecta una imagen de debilidad, lo que desemboca en que no lo tengan en cuenta para ubicase apropiadamente en un trabajo.
La comunicación es otro factor clave. Todo se puede –y se
debe- decir, siempre que se haga con educación. Hay que evitar intermediarios e
ir a hablar directamente con la persona interesada. Evitar comentarios negativos
o innecesarios sobre anteriores trabajos (jefes, familia, compañeros…), no aportan
y crearán cierta desconfianza sobre ti. Normalmente, cuando alguien critica, no
lo hace de forma aislada, dará la imagen que hablas mal de otros, también lo
harás de ellos.
CÓMO VESTIRSE PARA PROYECTAR UNA BUENA IMAGEN
PERSONAL
La prenda elegida puede reafirmar o distorsionar tu imagen de cuidador
y, en consecuencia, reflejar u ocultar tus valores internos. La ropa en el
éxito personal y laboral de un cuidador, lo más recomendó es que uses
uniforme.
LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE CORPORAL
Cuando mantenemos una conversación, una parte lo comunicamos con el
lenguaje y otra muy importante con el lenguaje corporal. Es que nuestros gestos
hablan. Después que el cuidador inicialmente cree una imagen positiva o
negativa en el primer contacto, esta imagen es muy difícil de cambiar.
Recomendamos lo siguiente:
·
Voz profunda:
las voces más graves y profundas transmiten una imagen de autoridad. Para una
entrevista, respira fuerte, desde el diafragma, antes de hablar. Esto hace que
la voz sea más grave.
·
Contacto visual:
mirar a los ojos al interlocutor es una muestra de interés en la conversación.
Por el contrario, esquivar la mirada genera desconfianza. Pero tampoco hay que
mantener el contacto todo el tiempo, ya que se considera algo agresivo y hasta
desafiante. Lo mejor es la naturalidad.
·
Sonrisa natural:
es la mejor carta de presentación en cualquier situación,
·
Caminar con confianza:
Si quieres transmitir seguridad en ti mismo, debes caminar derecho, erguido y
con la cabeza alta, pero con cuidado de no levantar el mentón en un ángulo
superior a los 90 grados, ya que denota que te sientes superior al resto.
·
Estrechar la mano:
se trata de un gesto muy común en el entorno laboral y que transmite muchísima
información al interlocutor. El apretón de manos debe ser firme, seguro, y
siempre manteniendo el contacto visual. Lo que no se debe hacer es apretar
demasiado, o hacerlo de forma desganada o mirando para otro lado, ya que denota
desinterés. Las manos deben estar en vertical, que es una muestra de igualdad.
·
Manos a la vista:
muestra las palmas de tus manos. Esto no solo es señal de confianza, también
denota que hablas desde la sinceridad y que no tienes nada que esconder.
Tampoco es necesario calcular todos los movimientos, a veces es mejor la
naturalidad. Pero en momentos puntuales no está de más añadir un poco de
información extra con los gestos.
La Presentación Personal del Cuidador: Un Factor Silencioso con Impacto Laboral Significativo
En el ámbito del cuidado, donde la empatía, la paciencia y la dedicación son pilares fundamentales, la presentación personal del cuidador a menudo se percibe como un aspecto secundario. Sin embargo, la realidad es que la forma en que un cuidador se presenta al entorno laboral y a la persona que cuida tiene implicaciones significativas en su desempeño, la relación con el paciente y su familia, y su propia imagen profesional.
El Cuidador Bien Presentado: Un Escudo de Confianza y Profesionalismo
Un cuidador que se preocupa por su presentación personal proyecta una imagen de profesionalismo, respeto y atención al detalle. Esto se traduce en varios beneficios tangibles:
- Generación de Confianza: Una apariencia pulcra, ropa limpia y adecuada, y una buena higiene personal inspiran confianza tanto en la persona cuidada como en sus familiares. Saber que el cuidador se preocupa por sí mismo transmite la sensación de que también se preocupará por el bienestar del paciente.
- Mejora de la Comunicación y la Relación: Una presentación cuidada facilita una mejor comunicación. Las personas tienden a sentirse más cómodas y a interactuar de manera más abierta con alguien que se ve profesional y aseado. Esto fortalece el vínculo cuidador-paciente, crucial para un cuidado efectivo.
- Mayor Credibilidad Profesional: Un cuidador bien presentado es percibido como más competente y confiable. Esto puede abrir puertas a mejores oportunidades laborales, recomendaciones y un mayor reconocimiento por su trabajo.
- Impacto Positivo en el Bienestar del Paciente: La pulcritud del cuidador puede influir positivamente en el estado de ánimo y la percepción del entorno por parte del paciente. Un ambiente limpio y un cuidador aseado contribuyen a una sensación de bienestar y cuidado integral.
- Cumplimiento de Normativas y Estándares: En muchos entornos de cuidado formal (residencias, hospitales, agencias), existen normativas sobre la presentación del personal. Cumplir con estas normas no solo es un requisito laboral, sino que también refuerza la imagen profesional de la institución y del cuidador.
El Cuidador Descuidado: Barreras en la Confianza y el Desempeño
Por otro lado, un cuidador que no presta atención a su presentación personal puede generar una serie de obstáculos en su labor:
- Deterioro de la Confianza: Una apariencia descuidada puede generar desconfianza e incluso repulsión en el paciente y su familia. Pueden cuestionar la higiene y el profesionalismo del cuidador, lo que dificulta la construcción de una relación terapéutica sólida.
- Barreras en la Comunicación: La incomodidad generada por una presentación deficiente puede dificultar la comunicación abierta y honesta entre el cuidador y el paciente, afectando la calidad de la información compartida sobre el estado de salud y las necesidades del cuidado.
- Percepción de Falta de Profesionalismo: Un cuidador con una presentación inadecuada puede ser percibido como menos competente y dedicado a su trabajo. Esto puede limitar sus oportunidades laborales y afectar su reputación profesional.
- Posible Impacto Negativo en la Salud del Paciente: Una higiene personal deficiente por parte del cuidador puede aumentar el riesgo de infecciones para el paciente, especialmente si este tiene un sistema inmunológico debilitado.
- Incumplimiento de Normativas: No cumplir con los códigos de vestimenta o las normas de higiene en entornos laborales formales puede acarrear sanciones disciplinarias e incluso la pérdida del empleo.
Más Allá de la Apariencia: La Presentación como Reflejo de Actitud
Es importante destacar que la presentación personal va más allá de la simple apariencia física. También incluye aspectos como la higiene, el olor corporal, el estado de la ropa y el calzado. Un cuidador que se presenta de manera limpia y ordenada demuestra respeto por sí mismo, por el paciente y por su trabajo. Esta atención al detalle puede ser interpretada como una extensión de su compromiso con la calidad del cuidado.
Si bien las habilidades técnicas y la calidez humana son esenciales en el trabajo de un cuidador, la presentación personal juega un papel silencioso pero crucial en la construcción de la confianza, el fomento de una comunicación efectiva y la proyección de profesionalismo. Un cuidador bien presentado no solo cumple con las expectativas básicas de higiene y apariencia, sino que también comunica respeto, atención al detalle y compromiso con el bienestar de la persona que cuida, lo que finalmente se traduce en un mejor desempeño laboral y mayores oportunidades profesionales. Ignorar este aspecto puede generar barreras significativas en la relación con el paciente, dañar la reputación profesional y, en última instancia, afectar la calidad del cuidado brindado.
MSc. Juan Caros Fernández Díaz - Director General de la RLC. juancfernandez@rlcuidadores.net
https://www.rlcuidadores.net servicioalcliente@rlcuidadores.net
SER CUIDADOR INTEGRAL ES UN ACTO RESPONSABLE DE AMOR
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Informes: https://elmundodelcuidador.blogspot.com/2025/05/cursos-para-cuidadores.html
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Gracias por compartir estos temas tan importantes
ResponderEliminarImportantes consejos para tener en cuenta.
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