Cuando hablamos de "terapias manuales ancestrales" para la prevención del deterioro cognitivo, nos referimos a prácticas tradicionales que han sido transmitidas a través de generaciones en diversas culturas y que implican el uso de las manos (y a veces otras partes del cuerpo o herramientas sencillas) para influir en el bienestar físico y mental. Ejemplos de estas prácticas incluyen ciertas formas de masaje tradicional, acupresión, reflexología o técnicas de manipulación corporal de distintas tradiciones (como la medicina tradicional china o la medicina ayurvédica).
Es importante abordar este tema con claridad, ya que, hasta la fecha, la evidencia científica directa que demuestre que estas terapias ancestrales previenen específicamente el deterioro cognitivo es limitada o inexistente. Los estudios rigurosos sobre la relación causal entre estas prácticas manuales y la prevención directa de enfermedades neurodegenerativas son escasos o no concluyentes.
Potenciales Beneficios Indirectos y Complementarios
Aunque no haya evidencia directa de prevención, muchas de estas terapias manuales ancestrales pueden ofrecer beneficios indirectos que contribuyen al bienestar general y, por ende, podrían tener un efecto positivo en la salud cerebral de forma complementaria:
- Reducción del Estrés y la Ansiedad: Muchas de estas técnicas promueven una profunda relajación. El estrés crónico y la ansiedad se consideran factores de riesgo para el deterioro cognitivo, por lo que su reducción puede ser beneficiosa para el cerebro.
- Mejora de la Circulación Sanguínea: Ciertas manipulaciones manuales pueden ayudar a mejorar el flujo sanguíneo, lo que teóricamente podría optimizar el aporte de oxígeno y nutrientes al cerebro.
- Estimulación Sensorial: El tacto y la presión ejercidos durante estas terapias proporcionan una rica estimulación sensorial, que puede ser beneficiosa para mantener la actividad cerebral y la conexión con el entorno, especialmente en personas mayores.
- Mejora del Sueño: Muchas de estas terapias pueden inducir un mejor patrón de sueño. Un sueño de calidad es fundamental para la consolidación de la memoria y la eliminación de toxinas en el cerebro.
- Conexión Cuerpo-Mente y Bienestar Emocional: Estas prácticas a menudo enfatizan una visión holística de la salud, promoviendo un mayor autoconocimiento y equilibrio emocional. Un buen estado de ánimo y la reducción de la depresión (un factor de riesgo para el deterioro cognitivo) pueden tener un impacto positivo en la función cerebral.
- Interacción Social y Contacto Humano: Para algunas personas, recibir estas terapias implica una interacción social significativa y el beneficio del toque humano, lo cual puede combatir el aislamiento y mejorar el estado de ánimo general.
Consideraciones Importantes
- No son un reemplazo: Es crucial entender que estas terapias no deben reemplazar las estrategias de prevención del deterioro cognitivo que sí están respaldadas por una sólida evidencia científica, como una dieta saludable (ej. dieta Mediterránea), ejercicio físico regular, estimulación cognitiva, participación social, control de factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes), y un buen manejo del sueño y el estrés.
- Complemento al bienestar: Las terapias manuales ancestrales pueden ser consideradas como un complemento valioso a un estilo de vida saludable, enfocándose en el bienestar general y la reducción del estrés.
- Consulta profesional: Antes de iniciar cualquier terapia, especialmente en personas con diagnóstico de deterioro cognitivo o en riesgo, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud (médico, neurólogo) para asegurar que sea segura y apropiada para la condición particular de la persona.
Mientras que las terapias manuales ancestrales no tienen un papel probado en la prevención directa del deterioro cognitivo, sus beneficios en la reducción del estrés, la mejora del sueño y el bienestar general pueden contribuir indirectamente a un cerebro más sano y resiliente.
Ejemplo el jardín de Doña Inés
Personajes:
- Doña Inés: 70 años, diagnosticada con deterioro cognitivo leve (DCL). Antes era una jardinera muy activa y pasaba horas en su patio.
- Miguel: Su hijo, de 40 años, que la visita los fines de semana.
La Situación:
Doña Inés siempre amó su jardín, pero últimamente le cuesta recordar los nombres de las plantas, cuándo debe regarlas, o dónde guardó sus herramientas. Esto la frustra y ha empezado a dejar de ir al jardín. Miguel nota su desánimo y quiere ayudarla a reconectar con su pasatiempo favorito.
El Desafío del Deterioro Cognitivo Leve:
Aunque el deterioro de Doña Inés es leve, se manifiesta en:
- Dificultad para la memoria reciente: Olvida qué tareas de jardinería hizo o necesita hacer ese día.
- Problemas para organizar tareas: Le cuesta secuenciar los pasos para cuidar una planta o preparar un cantero.
- Pérdida de vocabulario: A veces no encuentra la palabra para nombrar una flor o una herramienta específica.
- Disminución de la iniciativa: La frustración la lleva a evitar actividades que antes disfrutaba.
Aplicando las Terapias Manuales Ancestrales y Otras Estrategias Complementarias:
Miguel, consciente de que las terapias manuales ancestrales no previenen directamente el deterioro pero sí pueden aportar bienestar, decide incorporarlas de forma sutil en el regreso de Doña Inés a su jardín, combinándolas con otras estrategias de apoyo:
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Estimulación Táctil y Sensorial (Indirecta de Terapias Manuales):
- Miguel le propone a Doña Inés que juntos tocarán la tierra, las hojas y las flores. No solo por la jardinería, sino para que sus manos sientan las diferentes texturas, lo que provee una rica estimulación sensorial.
- Mientras trabajan, Miguel frota suavemente un poco de tierra entre sus palmas y la invita a oler el aroma de las plantas, evocando recuerdos sensoriales.
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Reducción del Estrés a Través del Movimiento y el Tacto:
- Al sentarse juntos en un banco del jardín, Miguel le ofrece a Doña Inés un suave masaje en las manos, aplicando un poco de crema humectante con un aroma familiar (como el de rosas, que a ella le gustaba). Esto relaja los músculos, mejora la circulación y reduce la ansiedad. Esta es una forma simple de terapia manual que promueve el bienestar.
- La propia actividad de la jardinería (cavando suavemente, trasplantando) aunque no es una terapia manual formal, implica movimientos repetitivos y el contacto con la tierra, lo cual puede ser muy terapéutico y calmante, reduciendo su frustración.
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Uso de Ayudas Visuales y Simplicidad en las Tareas:
- Miguel coloca etiquetas grandes y con dibujos en las macetas para que Doña Inés recuerde los nombres de las plantas.
- En lugar de un pastillero complicado, usa un pequeño cartel con fotos de cada herramienta y dónde va guardada.
- Divide las tareas de jardinería en pasos muy pequeños y concretos: "Primero, vamos a regar estas tres macetas." "Ahora, busquemos las tijeras para esta rosa."
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Enfoque en la Reafirmación y el Disfrute:
- Cuando Doña Inés recuerda el nombre de una flor o una herramienta, Miguel la felicita con entusiasmo: "¡Exacto, abuela! ¡Esa es una rosa!"
- No se enfoca en la perfección del jardín, sino en que Doña Inés disfrute el proceso y se sienta útil. Le recuerda: "Estamos aquí para disfrutar del sol y de las plantas, abuela".
Con la ayuda de Miguel, Doña Inés empieza a pasar más tiempo en el jardín. Aunque no recupera la memoria completa de sus plantas, la combinación de la estimulación sensorial y el toque relajante de las "terapias manuales" simples de Miguel (como el masaje de manos), junto con la adaptación de las tareas y la paciencia, reduce su ansiedad. Siente una renovada conexión con su pasatiempo y, lo más importante, experimenta bienestar y alegría, lo que contribuye indirectamente a su calidad de vida cognitiva
Un abrazo cuidador
Aunque las terapias manuales ancestrales pueden ofrecer importantes beneficios indirectos para el bienestar general, como la reducción del estrés, la mejora del sueño y la estimulación sensorial, es fundamental entender que no hay evidencia científica directa y concluyente que respalde su eficacia en la prevención específica del deterioro cognitivo. Su valor reside más bien en ser un complemento para mejorar la calidad de vida y el confort, pero no deben considerarse un sustituto de las estrategias preventivas basadas en la evidencia (como la actividad física, la estimulación cognitiva y una dieta saludable), ni de los tratamientos médicos recomendados por profesionales de la salud.
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